Mientras la lengua oral fue la primera manifestación
del lenguaje humano, la lengua escrita tardo mucho más tiempo en aparecer. La
escritura como la conocemos en la actualidad, tiene su base en el alfabeto que
inventaron los fenicios, creado alrededor del año 1200 a.C., cuya principal
aportación radica en haber asignado a cada sonido una letra.
Alfabeto fenicio
Tiempo después aparecieron los alfabetos
griegos y latinos de los cuales deriva el español. El griego, basado en el fenicio,
introdujo las vocales; el latino, basado en el griego, se difundió por el
Mediterráneo y, posteriormente, por todo el Occidente, siendo hoy el de uso más
extendido en el mundo.
Alfabeto griego
A diferencia de la forma de adquisición de la
lengua oral, que se desarrolla en todos los hablantes tan solo por
convivir con una determinada comunidad
lingüística, la lengua escrita se adquiere a través de una instrucción
especial: necesitamos, antes que nada, aprender los signos gráficos que la
componen para después, por medio de un canal visual que generalmente es el
papel, expresar lo que deseamos comunicar.
Tanto la oralidad coma la escritura presentan
diversas características que las vuelven más o menos funcionales respecto una
de la otra dependiendo de la necesidad y particularidades del mensaje que
queremos transmitir. Dichas características son las siguientes:
Aquí se muestra una tabla comparativa donde se muestran algunas diferencias entre la lengua oral y la lengua escrita:
Lenguaje oral
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Lenguaje escrito
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El mensaje es captado por medio del oído.
Existe interacción entre el emisor y el receptor.
Comúnmente, el contenido del mensaje, se refiere a temas generales.
Es momentáneo, dura sólo el instante en que es emitido.
Es espontáneo e inmediato y no puede ser borrado.
El lenguaje es informal.
Se crea a partir del contexto y la situación en que se desarrolla el acto
comunicativo.
Presencia de recursos no verbales: intensidad de la voz, ritmo, tono.
Utilización de vocabulario impreciso.
Es redundante, es decir el mensaje puede ser reiterativo y superfluo.
Se repiten continuamente las palabras utilizadas (léxico).
La información no está bien estructurada y es poco rigurosa.
Uso de oraciones simples y cortas.
Varía el orden de los elementos de la oración.
Hay omisiones de palabras y frases
inacabadas.
Hay utilización de interjecciones, modismos, muletillas, etc.
Conlleva marcas dialectales (geográficas, sociales).
Entrega información emotiva de parte del emisor.
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El mensaje es captado por medio de la vista.
No hay retroalimentación del receptor del mensaje.
En general, el contenido del mensaje, se refiere a temas específicos.
Es duradero, se mantiene en un formato (libro, revista, etc.).
Puede se corregido las veces que sea necesario.
El lenguaje es formal.
Es creado independiente del contexto.
Presencia de recursos verbales: tipografía, títulos y subtítulos, signos de
puntuación, organización de párrafos.
Utilización de vocabulario específico.
No es redundante, se entrega la información de una sola vez.
No hay repetición léxica muy evidente.
La información está bien estructurada y tiene un orden lógico.
Uso de oraciones más complejas y largas.
El orden de las oraciones es más rígido.
No hay omisiones. Las frases están
completas.
Reticencia a la utilización de modismos, interjecciones, muletillas, etc.
Neutralizar las marcas dialectales.
Entrega información referencial de parte del emisor.
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Éste es un ejemplo de como se podría interpretar un mensaje escrito en alfabeto fenicio en un mensaje escrito en alfabeto latino:
A continuación se muestra una radionovela, en la cual se utiliza el lenguaje oral para expresar los diálogos:
Guión de radionovela
Actividad:
Escrito por: Dulce Karina
Cedillo Flores.
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